Cristina Ferrando
MAMI DE MARTINA. Enfermera.
“El año pasado, mi hija Martina empezaba el cole. Tras asistir a la primera reunión, tuve claro que los peques son mucho más emocionales de lo que pensamos, pero al no tener facilidad de lenguaje, gestionar sus emociones y sentimientos es mucho más complejo en la infancia. Por ejemplo, me resistía a llevar a Martina a la guarde, por si lloraba y lo pasaba mal. «Yo no iba a estar a su lado para calmarla»… Y me asaltaban un montón de dudas.
Me costó decidirme, pero al final, tras un mes de dudas y con el apoyo de mi familia, tomé la decisión junto con su padre de que fuera al cole. Comprendí que la guardería es un lugar de aprendizaje y sociabilización fundamental para el desarrollo emocional, físico y mental de Martina. Ahora no me arrepiento ya que ella va contenta.
Martina ha sido un claro ejemplo de superación día a día. Mi hija vive en dos sitios distintos desde que era bebé, y otro sitio «nuevo» era mi gran miedo. Poco a poco ha ido superando ese obstáculo. Pero todo gracias al equipazo de Chiquitín, su otra familia. Sin ellas no hubiese sido posible este cambio en mi hija.
Gracias a Teresa, su querida maestra, por su paciencia y cariño. A Eva por su confianza, y como no a Lorena, que mañana tras mañana, calmaba el llanto de mi niña cuando se la entregábamos.
No ha sido fácil, pero si hemos logrado que poco a poco, Martina por ella misma haya conseguido adaptarse a su nuevo sitio. Ahora es más fuerte en carácter y se siente más segura. Come como una campeona, duerme bien y casi ni llora.
Es necesario ayudar a nuestros hijos a enfrentarse a los obstáculos por ellos mismos, para que así sepan que pueden ellos solos superarlos.
Gracias a vosotras nuestra hija ha crecido en autoestima y seguridad”.